Mario Valverde Filosofía

  "Los insectos no pican por maldad, sino para vivir. Es lo mismo que los críticos: quieren nuestra sangre, no nuestro dolor" (Nietzsche)

Posiblemente, el artículo que más ganas tengo de hacer y el más personal. Y es que mi opinión de la asignatura de filosofía ha cambiado notoriamente de principio de curso a ahora. Mis primeros pensamientos de la asignatura eran de una clase aburrida y teórica, que resultaría muy complicado y abstracto de aprender y que me iba a bajar en parte la media de primero de bachillerato. Bueno, esto último se ha cumplido la verdad. Sin duda lo que más me ha sorprendido ha sido la forma dinámica de dar las clases, realizadas también en cierta parte de manera cómica gracias a nuestro ilustrísimo profesor de filosofía Enrique Mesa, y que, sin duda, ha conseguido hacer más amenos los conocimientos, ya que entender los pensamientos de Aristóteles, Platón y, en mi caso particular, Kant, es realmente complicado. Pese a esto, considero que los temas pueden estar más desarrollados en vez de tan esquematizados, aunque se explique en clase, pero a la hora de estudiar a veces entran dudas de lo que pone y

¿Es cierta esta afirmación? Pues bien, es muy difícil de reconocer en muchos casos para la propia persona si estás siendo feliz de verdad o no, creyendo que a lo mejor te estas auto-engañandote a ti mismo en una felicidad paralela a la realidad para evitar buscar problemas o tener un bajón emocional. Tiene mucho que ver con este tema la frase popular de reírse por no llorar, y de esta manera ignoras en cierta manera la realidad para no derrumbarte. Por ejemplo, en un grupo de amigos que no te convienen, y que notas que no son para ti, pero por miedo al cambio o simplemente porque te has acomodado y vives muy bien aparentemente sin ser feliz realmente. No obstante, la falsa felicidad no tiene por que ser un ejemplo tan grave, sino que también lo encontramos en pequeñas situaciones cotidianas que no le das la suficiente importancia. Mi ejemplo más cercano sería cuando recibes una mala calificación y decides no pensar mucho en ella. También opino que existe la felicidad verdadera, aunque